viernes, 24 de julio de 2009

Así debe educarse al ciudadano de nuestros tiempos

Pitágoras: "Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida."

A la educación se le ha cuestionado en ocasiones con dureza por el papel que cumple en la formación de los nuevos ciudadanos para el mundo nuevo en que habitamos. Los cambios vertiginosos, los tiempos turbulentos y lo impredecible del presente y aún más del futuro, obliga a la educación efectuar un rediseño de su filosofía, de su estilo de trabajo y de sus principios actuales para no perder el ritmo de la realidad. A continuación reflexionamos sobre dos características indispensables en los profesionales de la época en que vivimos y el papel de las universidades y de las instituciones para entregar esos ciudadanos visionarios del cual todos los pueblos se encuentran tan necesitados

Se necesita un egresado con sólidos conocimientos y competencias plenas en su respectiva disciplina:

El paciente espera estar en las manos del mejor médico, lo cual será una garantía de que recibirá el tratamiento adecuado para su enfermedad y puede curarse sin problemas distintos a los normales. Una expectativa similar tiene el pasajero cuando monta en el avión: espera que este sea pilotado por un experto, quien lo llevará hasta su aeropuerto de destino sin que se cometan errores cuyas consecuencias serían fatales. Y así sucesivamente, de cada profesional se espera que tenga un alto nivel de conocimiento y una experiencia sobre cuya base ofrezca un servicio igual o muy próximo a cero errores.

En ese sentido la Universidad cuidará de que el perfil de sus egresados sea de una alta calidad para lo cual son muy importantes, al menos cuatro elementos: Un equipo de profesores altamente calificados, unos contenidos teóricos pertinentes y en constante actualización, unos talleres y laboratorios en que el estudiante acceda a los conocimientos prácticos y un plan de prácticas reales, suficientes y supervisadas en el sector productivo.

El perfil debe ser óptimo y por tal razón es importante atender a todos los detalles, sobre todos los más críticos, relacionados con la parte de habilidades y destrezas y con la vertiginosidad con que cambian los conocimientos en la mayor parte de las áreas del saber humano.

Se necesita un profesional con un gran potencial como emprendedor

Una de las tendencias observadas en los años recientes en todo el mundo es la deslaboralización de las relaciones entre los empresarios y sus trabajadores. Esto indica que las empresas ocupan cada vez menos mano de obra asalariada y prefiere otro tipo de contratación, distinta al contrato laboral, para proveerse de los profesionales necesarios para atender las actividades propias de su objeto social. Entre los nuevos estilos de vinculación figuran las cooperativas y las empresas asociativas de trabajo o la tercerización de una buena parte de las tareas anteriormente desempeñadas por personal propio.

Todo lo anterior plantea un oscuro panorama para el egresado universitario cuyo sueño es el de encontrar un empleo bien remunerado en el cual pueda aplicar los conocimientos adquiridos. La disyuntiva, al escasearse los empleos, es fomentar nuevas unidades empresariales o engrosar el ejército de los desempleados.

No hay mucha posibilidad de elección y, como nadie desea ser un desempleado, la opción es fundar una empresa propia en la cual pueda laborar el propietario y concederles esa misma oportunidad a otras personas. El gobierno nacional y algunas entidades de crédito y fomento cuentan con líneas especiales para atender a los jóvenes profesionales a quienes se les aportan créditos blandos, capacitación y, en algunos casos, capital semilla no reembolsable. Sin embargo, el espíritu emprendedor es algo difícil de infundir en la academia porque prácticamente hace parte del estilo de vida, la intuición, el carácter del individuo.

La Universidad puede contribuir a despertar ese espíritu emprendedor pero para ello es necesario lograr la articulación con las instituciones de educación inicial, porque ésta es una cualidad que debe adquirirse en las fases de la edad temprana, cuando se es niño o adolescente y pueden adquirirse hábitos que más adelante pueden ser difíciles de obtener.



Fuente del artículo http://www.articulo.org/autores_perfil.php?autor=525

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